En cada familia hay seguramente montones de cosas que pueden llegar a generar conflictos. La escuela misma suele ser una generadora continua de discusiones, enojos, presiones y un larguísimo etc. Sin embargo en esta oportunidad quiero hablar de algo que se da mucho en las consultas que recibo: el conflicto que se origina a partir de la decisión si educar en casa o no a los hijos.
Estadísticamente el 90% de quienes me contactan son mamás que buscan opciones diferentes a la escuela; varias de ellas lo hacen- me atrevería a decir- con la necesidad de apenas un empujoncito para decidirse del todo para comenzar en esta práctica; otras tienen muchos más miedos o dudas. Y, claro, otros tantísimos tienen alguien significativo en contra; el cónyuge, pareja, abuelos, hijos mismos. ¿Cómo lidiar con algo como esto, con algo que no es una decisión sencilla y que supone un gran cambio de vida? Pues no tengo respuestas certeras, ni recetas; apenas consejos que pueden tomar de alguien que ha escuchado en estos dos años y medio muchas historias y de quien mira las cosas un poco de afuera, algo que suele dar otra perspectiva a las cosas. Demos un poco de jerarquía a quienes se oponen a que eduquemos en casa o que siquiera consideremos hacerlo.
Abuelos, suegros y otros
Levante la mano al que se le ocurrió plantear que estaba pensando educar en casa a algún familiar y haya presenciado una reacción como esta [su_spoiler title=”click para ver la reacción” style=”simple” icon=”plus-circle”]

Si pudieran ver la cantidad de manos en estos momentos serían muchas. No es fácil. A veces parece peor comunicárselo a los parientes que plantearlo con la propia pareja cuando uno es el que tiene la idea dando vueltas. Los abuelos o suegros puede que sean los peores opositores pero lo último que deberíamos hacer es realmente tomar los comentarios a modo personal. Sólo piensen que es la ley natural de la vida, más o menos metidos, los padres siempre se preocupan por sus hijos aunque tengan 50 años, mucho más aún se preocuparán por las decisiones que tomemos con respecto a sus nietos porque sienten que ellos saben más. Es algo casi cultural. No hay peor cosa que discutir o trata de hacerles ver que tenemos razón o que cambien el chip de la noche a la mañana. Piensen además que todo lo que pueden presentar como argumentos válidos para dejar la escuela para ellos serán insuficientes: siempre habrá otras escuelas para probar, siempre habrá cosas malas en la escuela que habrá que soportar, muchos incluso, saldrán con anécdotas de cómo ellos lidiaron con maestros que te pegaban en los dedos y sobrevivieron en la vida sin problemas!… ¿Pero entonces qué hacer?
Pues aunque suene duro, tremendo y hasta pensar en decirlo nos genere sudor, lo mejor es cortar por lo sano. Dejar en claro algo como:
“sé que te parece un sinsentido, una ridiculez, pero si me conocés bien y me querés sabrás que no haría algo ridículo con mis hijos. No te estoy pidiendo ni consejo ni opinión, mucho menos permiso; te estoy comunicando lo que haremos porque consideramos importantísimo el rol que tenés en la vida de nuestros hijos y sufriríamos mucho todos si nos biocotearas una decisión tan importante. Nos demostraría que realmente no sos la persona que pensamos“.
[su_spoiler title=”Otra posible expresión luego de algo así” style=”simple” icon=”plus-circle”]

Es algo casi psicológicamente probado: o se ofenden o se dan cuenta que ahí acabó el tema. En ambos casos lo más probable es que no vuelvan a decir nada puesto que si se fijan en las expresiones usadas son puntuales, casi de manual del cachetazo social. Todo lo demás, aunque cueste, aunque duela, aunque nos genere frustración porque no ven lo que nosotros sí son dos cosas: el tiempo (que ya les demostrará que ellos son los equivocados) y la gran regla mental que tenemos que machacarnos continuamente “los de afuera son de palo“. Si bien no son del todo madera porque puede haber tíos, primos, hermanos mayores, etc; lo elemental que ustedes, los papás, son los que deciden. Vuelvo a contar una anécdota personal para reflejar esto. Una vez vino una amiga a tomar mate a casa y me encontró corrigiendo dictados con diccionario al lado. Me hablaba mientras yo corregía y tomábamos mate pero se dio cuenta que cada tanto usaba el diccionario, así que me preguntó:
-¿por qué usas el diccionario?
-porque veo tantas veces mal escrita la misma palabra que me hacen dudar!
-Pero Pau, no dudes de vos, sino para eso no tomes más dictados.
Cuánta verdad en algo tan cotidiano en ese entonces. Porque todos los demás digan que algo está mal, mientras nosotros sepamos que está bien, que es por el bienestar de nuestros hijos, es suficiente. Nadie mejor que nosotros sabe las habas que cocemos en nuestra propia casa, todo lo que lidiamos con los colegios, el sistema, el sufrimiento, etc.
¿Pueden mañana nuestros hijos reprocharnos esas decisiones? ¡Claro! Otra ley de la vida. Muchas cosas pueden reprocharnos: no haberlos mandado más al cole como no haberlos retirado del cole si la pasaban mal. En todo caso, ellos son los únicos que tendrán ese derecho de reproche. Ni los primos, ni los tíos, ni los abuelos, ni los vecinos. Solo ellos.
Los propios hijos
Qué tema este! Cuando los propios hijos no quieren dejar de ir al cole. Uno se preguntará, ¿pero entonces para qué sacarlos? Es que las razones varían mucho de familia a familia. Hay familias que perciben que la escuela de hoy no satisface la idea de educación que tienen, que no contempla valores y que es un caldo de cultivo de muchos antivalores. Hay familias que ven en sus hijos actitudes no aprendidas en el seno familiar y tienen noción de la gran importancia que tiene la presión de grupo hoy en día, y el sentido de pertenencia, que no siempre genera buenos modelos. Tenemos muchos niños que se adaptan a la escuela y la disfrutan, tenemos niños que no querrían dejar esa zona de confort, porque para ellos es eso, una zona propia, lejos de mamá y papá. Algo que escuchamos defender todo el tiempo como positivo con respecto a la escuela. Sin embargo así como no dejaríamos que nuestros hijos solo comieran pancho, hamburguesas y coca-cola porque les haría mal a corto o largo plazo e intervenimos convenientemente en su dieta; también tenemos el derecho de intervenir en este aspecto de la educación.
En este sentido es importante también hablar con ellos. Estoy segura que los niños en realidad simplemente tienen miedo, miedo de perder amigos, de estar todo el día encerrado en casa estudiando, etc. También es importante
[piopialo vcboxed=”1″]repensar por qué los niños pueden sentirse más cómodos en la escuela que en casa.[/piopialo]
No niego que es una gran realidad que un niño si se siente cómodo, feliz y mucho más a sus anchas en la escuela; es porque en casa algo pasa. No es por echar culpas, a veces simplemente es un ritmo de vida en el que no nos percatamos que no les damos el espacio o la atención necesarios.
Es inevitable reflexionar sobre esto y sobre todo hablarlo con ellos. Hablar bien, como gente civilizada, ya educando con el ejemplo la manera de abordar un tema y una decisión importante. Hacerlos partícipes y tratar de llegar a un acuerdo. En última instancia, intentar al menos que nos acepten probar. Recordemos que después de todo al colegio siempre pueden volver. Hay que tener en cuenta que no deja de ser nocivo también pasear por 20 escuelas distintas en la esperanza de encontrar la correcta, allí tampoco se da todo lo que valoran de la escuela, mucho menos la “socialización“; sin embargo es irónico que la sociedad no vea negativamente esto pero sí el educar en casa.
A veces,por ello, los niños solo tienen miedo de estar haciendo algo incorrecto simplemente porque tienen una alta percepción de cuánto los adultos que los rodean valoran la idea de la escuela.
Mamá o papá en contra
Y acá llegamos a un tema punzante. Varias familias ya vienen buscando juntos alternativas diferentes ante las problemáticas vividas con la escuela, han coincidido desde el vamos en buscar otros caminos. Pero otras tantas es mamá o papá el que ha dicho basta primero y puja por tener el consenso de la pareja.
Aquí también puede que el otro solo tenga miedo, le preocupe el qué dirán, las críticas, el no poder llevarlo a cabo, que le pifie en la decisión y los hijos mañana sean don nadie o totalmente inútiles. Los miedos pueden ser leves o enormes, pocos o muchos, pero siempre que haya diálogo o apertura a querer ver bien a los hijos puede llegarse más tarde o más temprano a un acuerdo. Pero cuando hay tanta terrible resistencia por parte de uno de ellos, cuando el conservadurismo está tan arraigado las cosas se complican.
Acá también, más que nunca, tenemos que hacer una ardua reflexión y pensar ¿qué tipo de relación tenemos como pareja? ¿por qué realmente no estamos pudiendo comunicarnos, escucharnos, entendernos, tratar de llegar a un acuerdo que nos beneficie a todos como familia? Hay familias que realmente no se dan cuenta del grado de agresividad con que se manejan a la hora de resolver situaciones o tomar decisiones. Enseguida se apela a los gritos, a los reclamos, a subestimar al otro e incluso a los insultos. ¿Quiénes piensan que sufren más con algo así? Los hijos NUNCA DEBERÍAN SER un objeto de posesión por el cual pelear y ver quién se lo gana. ¿Cómo podemos educar a nuestros hijos en un ambiente mejor que en el de la escuela si los conflictos propios de pareja no podemos solucionarlos?
Sé que suena terrible y más de uno podría sentirse identificado, pero es un escalón a… no podemos empezar por arreglar una situación que nos preocupa con respecto a nuestros hijos si como pareja en sí no estamos fundados al menos en el respeto y diálogo mínimo para trabajar en común por ellos.
En estos casos siempre aconsejo el hablar del tema SIN los chicos presentes, en un ambiente neutral donde “teóricamente” deba contener mis ganas de gritar, como puede ser un bar o una plaza y tratar de no levantar el traserillo hasta no llegar a un acuerdo siempre pensando en los hijos. Alguna persona de nuestro entorno querida por ambos y que sepa muy bien jugarla de neutral puede ser de ayuda.
¿Y si no resulta? Ay! no sabría qué decirles saben por qué? porque honestamente tuve la suerte de que aunque con miedos y peros al principio mi marido me apoyó en esta decisión.
[piopialo vcboxed=”1″]El apoyo y el trabajar juntos es elemental, los hijos los educamos de a dos[/piopialo]
Pero creo que si lo hubiera tenido en contra (en esto soy muy honesta) hubiera buscado todas las vías para poder charlarlo y al menos que me reconociera que con probar no se pierde nada. Un año no es nada y puede resolverlo todo. Y si eso no hubiera resuelto nada… si eso no lo hubiera conseguido… con toda honestidad hubiera medido qué es más importante y pelear por ello. Ustedes me entienden, léanlo entre líneas, pero como siempre sostengo: cuando ves infelices a tus hijos, hay cosas con las que uno no se puede conformar.
Buenos días, no se por donde empezar, todo es tan nuevo, tantos miedos e incertidumbre, poco convencida. No se muy confundida. Empiezo por contarles que soy de Bs As Argentina, tengo dos hijos, Francisco de 6 y Valentina de 3. Francisco tiene un síndrome genético (Williams) y esta en un colegio común en primer grado con maestra integradora y acompañante. Hizo un jardín de infantes divino, lleno de amigos y aprendizaje, pero la primaria no es lo mismo, al colegio se les va de las manos esta situación, no saben acompañarlo y proponen cosas ridículas como sacarle los recreos porque el nene no para de correr. Es muy disperso, inquieto, va a pasar a un 2do grado forzado.
A su vez se sumo la posibilidad de cambiar de vivienda, pasar de la incomodidad de un depto. a una casa, con jardín donde los dos puedan disfrutar de la naturaleza. Pero el gran desafío es encontrar un colegio que acepte a mi nene en el nuevo barrio. Que triste es darse cuenta que no encaja, no lo aceptan o no hay vacantes para integración. Arrastrar a su hermana al colegio q el vaya sin pensar en las necesidades de ella, porque estamos en la situación del que lo acepte al mayor ira la menor. No se estoy realmente angustiada y asustada. Que el colegio común te arrastre a que el nene termine en un colegio especial, cuando esta en un terreno intermedio (NO PUEDE SEGUIR EL TREN DEL COLEGIO COMUN Y ES DEMASIADO DESPIERTO PARA UN COLEGIO ESPECIAL)
Q pasa con la sociabilización, siento que en su caso, tal vez y solo tal vez y escribo a medida que las palabras se me presentan, sea como excluirlo aun mas de lo que la sociedad lo excluye. que hago con mi otra hija, proponemos el mismo sistema para los dos?.
Necesito muchísimo de su ayuda, sus palabras, sus experiencias.
Desde ya muchas gracias
María.
Hola María, te voy a responder de la forma más sencilla y honesta posible dadas tus dudas. Primero decirte que lamentablemente no vas a encontrar colegio que se adapte a las necesidades de tu hijo. Después de 20 años en el sistema puedo asegurar que son realmente muy pero muy pocas las probabilidades que encuentres una institución que sea ideal para que tu hijo se sienta cómodo, contenido, etc. Para una escuela especial como decís, peor aun porque se va a sentir aun más excluido y encima terriblemente aburrido.
El tema de la socialización aquí lo hemos hablado mucho (recomiendo que leas los artículos cronológicamente o por el tema según su título), es lo que menos te tiene que preocupar porque la socialización de la escuela no es natural.
Si me permitís la sugerencia, creo que lo primero que deberías hacer es investigar bien esta opción, si te convence. Yo podría decirte que es genial y que es lo mejor que elegí, que no me arrepiento y que tus nenes, ambos, serán más que felices; pero eso es una decisión que tiene que pasar por los papás primero, estar bien seguros de que es la mejor opción. Una vez que lo decidan, lo elemental es capacitarse bien, sobre todo desde lo legal para quedarse tranquilos. Te dejo un vídeo sobre una charla abierta que hicimos hace poquito, este pasado sábado donde te vas a sacar muchas dudas. Te dejo el vídeo sin editar, en crudo digamos, pero es super jugoso. Esta tarde estaré subiendo el vídeo ya editado.
Un abrazo enorme y lo que necesites, acá estamos!
Que padre comentario!!!
Excelente Pau! Gracias por compartir!
Muy buena reflexión. Concuerdo en que no es nada fácil pero se puede.
Gracias Sabri por volver a comentar! Perdón que había borrado tu comentario en vez de “aprobarlo” jeje 😛
Jajajaja no problem!
Hola Paula! que tema! En mi caso al principio fue de muchas charlas mi marido dudaba, un poco influenciado por mis suegros, pero cuando fue viendo el cambio de nuestro hijo al no asistir a la escuela, pudo contactarse mas con él, verlo realmente, entender sus sentimientos y todo fluyó, ahora no concibe que vuelva! y la tranquilidad de coincidir ayuda mucho al proceso. Sin embargo no puedo decir lo mismo del entorno, del resto de la family, como que mucha opinión, mucha miradita, mucho mmmmmm, ya ni me gasto.
besoos
Ay ay ay, es que siempre van a hablar los demás! vivimos en una sociedad demasiado acostumbrada a opinar sin que se les pida jajajaja
Soy abuela de tres niños descolarizados,de 11,8 y 6 años, cuando mi hija y mi yerno tomaron esta decision, después de dos años de informarse, yo no entendia nada, me preocupó, sentí que todo el mundo los acusaban de padres locos, y me acusaban a mí por no poner freno a esta decisión ridícula! La familia se alejó drasticamente ! Alguien amenazó con denunciarlos, fueron tiempos duros, hoy, pasaron 5 años y veo a mis nietos felices,despiertos,libres,educados,no son timidos ni temerosos,son sociables,ávidos de conocimiento, aman la naturaleza y la respetan, todo lo aprenden jugando y a su debido tiempo,sin examenes estresantes ni notas competitivas, los apoyé desde el primer momento, a pesar de saber que muchos me condenarian sin juicio previo. Sé que cometí muchos errores en la crianza de mi hija, pero también sé que la crié con amor y ninguna persona criada con amor se puede equivocar tanto ! Confié en ella y en su pareja, y no me equivoqué, estoy viendo los resultados!
Graciela! Qué hermoso tu testimonio! y obviamente todos cometemos errores en la crianza de nuestros hijos. No somos superhéroes ni robots, somos seres humanos pero a la vista está lo mucho que la querés y que la habrás criado estupendamente porque la apoyaste en su decisión! Eso no es algo que uno decida de la noche a la mañana sino que evidentemente aunque vos no lo veas ahora así, siempre de alguna manera la habrás apoyado a pesar de saber las consecuencias que se pueden generar por los demás. La verdad te felicito porque no hay nada mejor que tener el apoyo de la familia cercana (los lejanos son terriblemente de palo jajaja) Y tenés toda la razón, cuando hay amor no se puede equivocar uno tanto.
Si, por supuesto. Coincido con vos desde siempre. Sin dudas que lo primero a resolver es la forma en que esa pareja se comunicará y hacer esos acuerdos previos. Lo que yo quería decir es que:
Muchos se asustan y temen que una discusión terminará con su familia. Pero en la gran mayoría de los casos, una discusión y mucho menos una charla, terminará con el matrimonio ni nada que se le parezca. Será una más de tantas. Pero lo importante es que ambos padres pongan ante todo y velen por la felicidad y el bienestar de sus hijos. En este punto es donde se termina todo desacuerdo. El objetivo de cada uno de la pareja es ver bien a sus hijos. Es en ese preciso punto que todo se suaviza y quizás se pueda llegar a la negociación. Besitos Pauli.
Silvana Gonella
Sí si! lo entendí jajaja; pero nunca está de más aclarar que no todos lamentablemente están acostumbrados a esas negociaciones porque toman el famoso rol pasivo vs activo. Por ejemplo hay matrimonios donde como en tu caso o el mío el marido no solo aporta lo económico sino toooodas las decisiones posibles! entonces tratar después de pasar de un rol pasivo a uno activo es difícil! Cuántas conocemos, Sil, que nos viven diciendo “lo consulto con…” y después hablamos :/
Exacto Pauli, ante la infelicidad y el sufrimiento psíquico o físico de nuestros hijos, no podemos conformarnos porque en una charla, (que a veces puede ser una discusión), no pudimos llevar razón aunque la tuviéramos. Pero en el caso de que con la pareja, se levante revuelo… tampoco es tan terrible una discusión, no es la muerte de nadie (excepto que el contrincante si intente matarte, jajaj). Lo que quiero decir es que aunque no sea lo más razonable, ni ejemplificador discutir, para las parejas que están acostumbradas a in-comunicarse así, seguramente nada distinto a lo de siempre pasará.
Pero hay una estrategia muy válida y que da resultados, aunque muchos desconocen, que es el arte de la NEGOCIACION!!!. Que alivio y que ayuda que nos da, cuando tenemos que tratar con alguien que se opone a nuestras meditadas decisiones no? Debo decir que es mi caso, mi esposo puso el grito en el cielo… Pero utilicé esto que les aconsejo y me dio tal resultado que hoy ya a dos años y pico, sigo educando en casa con mucha felicidad.
Mi negociación, fue corta, precisa y al punto, tanto que no hubo lugar a retruque
Recuerdo que ante la queja purulenta de argumentos necróticos, de mi esposo, mi respuesta fue algo así:
OK, mirá mi amor, como vos te encargas de traer dinero a casa, cosa que haces muy bien. De la educación de nuestra hija, me encargo yo!!! chan chan… PUNTO FINAL. fin de la discusión. ¿ Vieron que fácil?
Sil, es que justamente no todos tienen el mismo tipo de relaciones dentro de una familia. Más aún en la pareja en sí, admitamos que hay matrimonios o parejas en los que ni siquiera existe la posibilidad de negociación. Son parejas donde se ha tomado una postura o rol y no se sale de ahí y cuando quiere alguno hacerlo el otro colapsa. Por eso es elemental primero y ante todo resolver eso, cambiar eso y hablar sobre eso; sino difícilmente se pueda llegar a algo más!