Desde que abrí este sitio me dediqué a hacer balances al final de cada año. Algunos publicados aquí, otros en el boletín de suscriptores, otras tantas veces en las redes sociales. Pero en el 2020 no hubo más. ¿Qué podía realmente contar de ese año y del que vino después?
Si me lees por primera vez, contarte que en Julio 2020 mi marido falleció de un ataque cardíaco . Sobrellevar un duelo no es fácil y sobre todo cuando tenes que pasarlo en soledad, lejos, en medio de una realidad tremendamente ridícula, cruel, inhumana y distópica.
Hubo mucho de trabajo de sanación necesaria en estos dos años que aún está en proceso.
Hemos hecho cambios que muchos mirarán como impensables; como mudarse de AMBA donde vivimos toda la vida a una ciudad pequeña del interior con hijos adolescentes. Ahora miro para atrás y me pregunto ¡cómo no lo hicimos antes!. Y lo digo porque nos hemos adaptado tremendamente rápido, ninguno de nosotros volvería a vivir en Buenos Aires, nos cuesta mucho ir cuando surge la necesidad.
A mediados de 2021, justo en el primer aniversario del fallecimiento de Elio, todo se puso bastante difícil . Empecé con ataques de ansiedad y pánico debido al estrés acumulado, el proceso de duelo mal llevado, etc. El 2022 lo inauguré con otras dos pérdidas sorpresivas que me tocó acompañar como pude. Y en medio de todas esas cosas, la graduación de mi hija. ¿Ya?, ¿cómo!… ¿en qué momento!

Me alegra que a pesar de que nos faltara papá en esta celebración , ella pudo tener una pequeña ceremonia acompañada de C. que se graduaba en el mismo momento.Hubo torta, cosas ricas, un agasajo por parte de la academia y sobre todo compañía de lujo para compartir.
Estos dos años que pasaron transcurrieron muy para adentro, intentando crecer con cambios necesarios. No es fácil pero se puede.
Paisaje Rural
Cuando digo que fue muy para adentro, lo digo también en un sentido local. Hasta antes de la pandemia estaba trabajando 24/7 con tal de ahorrar dinero para poder irnos de la Argentina. Pero después todo cambió y nos empezamos a centrar en viajes locales.
En auto empezamos a recorrer pueblitos, mirar nuestra Argentina por dentro, seguir a otros que hacen lo mismo; entonces miras todo con otros ojos. Empezas a conocer historias de nuestra historia que nunca te contaron, a entender por qué muchos pueblos quedaron abandonados y por qué el país no crece como podría crecer.
Empezás a conocer personajes que no aparecen en los manuales de escuela, noticias hermosas que nunca serán portadas de los medios, gente cálida que te devuelve la alegría de estar en este mundo.
Y, por sobre todas las cosas, otro ritmo de vida.
Estamos muy acostumbrados a poner en valor lo económico , y es cierto, ¡es muy importante!, pero desde el 2020 y con todo lo que estamos viviendo ahora , les confieso que no me querría ir ni loca de este país . Así hecho fruta como está y todo, lo sigo eligiendo.
A mi hija le pasó otro tanto . Antes soñaba con irse a Canadá , Inglaterra, etc; pero ahora cuando hablamos me expresa lo mismo que me pasa a mí. No es que nos neguemos a la posibilidad. Las bases para la elección de irnos en su momento eran muy pesadas, sólidas . Pero mientras podamos seguir peleándola acá … pues acá estaremos. Ahora con ganas de irnos más al sur de la provincia, más cerca de las sierras pero de a un paso a la vez.
Ruta Salamone
Una de las cosas que nos impulsó a viajar, es conocer las obras del arquitecto Francisco Salamone. Lo conocí gracias a un maravilloso film argentino llamado “Historias Extraordinarias”. Sus edificios y la ficcionada narrativa sobre su persona me recordó mucho al temprano cine de ciencia ficción como Metrópolis . Toda su obra es impactante y monumental.

Gracias a este recorrido conocimos no solo sobre arte y arquitectura sino también sobre historia, personajes varios, desastres naturales (como fue la visita a Carhué que tanto nos impactó). La cantidad de hechos históricos y personajes curiosos que estamos descubriendo, además de testimoniar la geografía de nuestra provincia, hace que siga sosteniendo que l aprender por proyectos es lo mejor que nos ha pasado en la vida.
Por eso, y a pesar que ha sido un año duro, agradezco haber llegado hasta acá. Abrazo cada enseñanza que me va poniendo la vida y sobre todo doy muchas gracias por haber hecho esta elección con mis hijos.