Texto original en Project based homeschooling
¿Cómo puedo ayudar a mis hijos a realizar sus ambiciosos y aparentemente imposibles objetivos?
¿Por qué es importante dejar a los niños avanzar en sus planes, aun cuando parecen totalmente irreales?
Usualmente cuento la historia de una niña de 4 años que había construido detalladamente un robot en un cartón con objetos encontrados por ahí. Sus padres y maestros apreciaban el duro trabajo que se había tomado, su creatividad y concentración. Luego, una mañana ella les dijo a sus padres que necesitaba llevar al colegio unas baterías- porque estaba lista para “hacer andar” a su robot.
Puso una solapa en la parte trasera de su robot, empujó dos baterías AA y las pegó con cinta y estaba feliz que su robot ahora se movería y caminaría.
Los adultos estaban preocupados de que se fuera a sentir molesta molesta cuando descubriese que su plan había fallado. Pero no hubo tal crisis. Ella estaba desilusionada, pero cejijunta, pensativa, de una manera científica.
Decidió que necesitaba investigar más- necesitaba saber cómo funcionaban las máquinas por dentro para tener una mejor idea sobre qué los hacía funcionar. Así que se abrió otra línea de curiosidad.
Antes de que le impidas a tus hijos tratar de hacer algo imposible, respira hondo y recuerda cuál es tu trabajo: guiar y apoyar, aportar ideas y escuchar, recordar y reflexionar. Tu trabajo no es impedir y decirles que sus ideas no funcionarán y sus planes están condenados.
Recuerdate a tí mismo:No sabes qué puede lograr tu hijo
Es posible que lo estés subestimando lamentablemente. No establezcas límites donde no son necesarios. No establezcas límites donde no solo reducirás las posibilidades de tu hijo sino además desalentarlo de haber comenzado en primer lugar. Los grandes hacedores necesitan, grandes, complejos y casi inalcanzables objetivos. Establece un objetivo pequeño y sus motivaciones se reducirán con ellos.
En mi experiencia, los adultos que conjeturan sobre qué puede lograr un niño, ponen las expectativas muy bajas.
Cuando queremos proteger a nuestros hijos, a veces estamos en realidad protegiéndonos a nosotros mismos– del bochorno (a veces de ellos, otras propios) o de tener que lidiar con emociones fuertes como el fracaso y la desilusión.
Comienza a trepar con tus hijos hacia la independencia ya mismo. No esperes a que tengan 18 y luego se tiren de un acantilado; déjalos dar sus propios pasos hacia el estar a cargo de su propio aprendizaje y su propio futuro. Déjalos tener sus propias ideas. Déjalos tener sus grandes e inalcanzables ambiciones. Déjalos trabajar solos en algo que te parezca imposible. No sabes qué es posible. Ellos tienen todo el tiempo del mundo para llegar a donde quieren. No sabes de lo que serán capaces al intentarlo. En vez de preocuparte sobre cuánto tiempo les tomará ser exitosos, preocúpate sobre cuánto les tomará si nunca lo intentan.
El mundo necesita soñadores y hacedores. Pero sobre todo, el mundo necesita soñadores que hagan — Sarah Ban Breathnach
No sabes a dónde acabará su proyecto.
El podría cambiar hábilmente de dirección. Puede pasar meses concentrándose solo en una parte de su meta general. Puede que, junto al camino “irrealista”, descubra un interés más profundo que durará el resto de su vida.
Comenzaba con una idea y luego terminaba en algo más. — Pablo Picasso
Los niños crecen y maduran a una velocidad inaudita. Cuando tu hija de 9 te dice que quiere escribir una novela y publicarla con un verdadero editor, y tu respondes, “Bueno, cariño, te amo y sé que eres muy talentosa, pero es altamente improbable que eso suceda”, ella posiblemente deje sus páginas y se aleje. No le has prevenido del fracaso- has logrado traerlo del neblinoso futuro al presente, y solo tú mataste todo el aprendizaje y toda la construcción de habilidades que se hubiera dado en el proceso.
Tu niña podría trabajar en su novela por un año o más y luego decidir por su cuenta guardarlo en un cajón y comenzar otra. En el mientras tanto, ella estará construyendo sus habilidades, leyendo libros acerca de la escritura, y produciendo constantemente una mejora en su prosa. Podría continuar y publicarla cuando tuviera 14 o 15- todo porque la comenzó ahora, porque tú creíste en ella y la apoyaste hoy.
Cuéntale las malas noticias- que sus sueños son irrealizables- y qué pasará con sus ambiciones? Qué sucederá a su idea de ser una escritora? Cuándo comenzará su carrera? A los 15?, a los 20? Nunca?
Estás mirando hacia adelante prediciendo el fracaso, pero estás adivinando el camino que hará tu hijo- y probablemente trazando el tipo de camino linear de A–>B. Mientras tanto, tu hijo es más probable que tome un camino sinuoso, un camino casi de senderismo al ir explorando los diferentes aspectos de su ambicioso plan. Indagará profundamente una cosa, luego otra. Probablemente cambie su plan a medida que se mueve.
Tomará de pronto a la izquierda, luego dará un circulo, se guiará hacia una inquietud completamente nueva que necesita explorar.
Tú no puedes predecir el auténtico camino que tomará un aprendiz automotivado. Cuando adivinas- y luego decides ir y desenchufar la cosa porque sabes que no funcionará- estás eliminando todo el aprendizaje que sucede en el camino.
Las ideas vuelan en bandadas. Sostener una en tu mente significa aferrarte a una nube de ellas.-
Kevin Kelly
El verdadero aprender lleva mucho tiempo.
Cuando nerviosamente obstruyes a tus hijos antes de que sea una pérdida de tiempo su imposible empresa que seguramente los llevará al fracaso y desilusión, lo que realmente les dices es: No estás listo aun para esto.
Queremos que mantengan sus grandes ideas y sueños, sus planes, hasta que sus habilidades puedan lograrlas. Lo que fallamos en darnos cuenta es que solo la gente que adquiere esas habilidades son las que persiguen grandes sueños. Aquellas que renuncian a intentarlo dejan de aprender. Dejan de trabajar duro. Dejan de creer en ellos mismos y en lo que es posible hacer.
Ellos no escuchan, “no puedes hacerlo aun”- escuchan, “no puedes hacer eso”.
No queremos matarles el sueño; solo intentamos posponerlo. Pero tener éxito en una empresa grande no es solo comprar un boleto para la rueda de la fortuna. No tienes que esperas a ser “así de alto” y luego, boom, estás listo. Los grandes hacedores persiguen grandes y ambiciosos sueños antes de estar listos para el ascenso final.
Siempre estoy haciendo lo que no puedo para poder aprender cómo hacerlo — Picasso
No sabes cómo reaccionará tu hijo al fracaso.
Si lo interrumpes mientras está construyendo y dices, “eso no funcionará”, le quitas su oportunidad de aprender de sus errores, de implementar ideas alternativas, y sentir esa gran auto satisfacción de haber dado con la solución al problema.
De la misma manera, si tratas de protegerlo de ver sus sueños rotos, ya estás quebrando su motivación, su autodominio, y su confianza. Del miedo a que pueda sentirse desilusionado más tarde, le estás sacando su oportunidad de hallar su propio camino, de ser resistente, de inventar un nuevo plan, para hallar otro. Eliminas la posibilidad de poder descubrir en su imposible viaje un enfoque realista a sus ideas y energías.
Es la experiencia la que enseña– no el resultado. Si el resultado realmente hiciera todo el trabajo, entonces cada medalla de fútbol guiaría el camino a las olimpíadas. Te estás focalizando en el resultado y tratando de salvar a tu hijo del trauma emocional, pero en realidad trabajando hacia su meta es lo que lo hará fuerte, flexible, confiado, imaginativo y alegre. Déjalo elegir sus propias metas y trabajar en consecuencia- es el trabajo lo que importa.
Si has construido castillos en el aire, necesitas que el trabajo no se pierda; ahí es donde deberían estar. Ahora pon los cimientos debajo.— Henry David Thoreau
El trabajo auto motivado nunca es pérdida de tiempo.
Piensas que en realidad debería poner las energías en algo que pueda conseguir?
Es porque así adquirirá más conocimientos y habilidades? O es porque tendrías algo razonable para compartir con familia y amigos?
Trabajar por sueños grandes, a los niños les da las mismas habilidades que trabajar en cosas “factibles” – y más. Están trabajando a un nivel de reto: al borde de lo que son capaces de hacer. Están alimentados por una energía intensa de motivación. Cada sueño enorme hace nacer pequeñas metas de las que luego nacen pequeños logros.
Si no puedes resolver un problema, entonces hay un problema más fácil que no puedes resolver: encuéntralo! — George Polya
(…)
Cómo guías un gran sueño
En vez de tratar de convertir el sueño de tu hijo en algo “factible”, ayúdale a alcanzar sus grandes metas en pequeñas tareas. Encuentra algo en lo que pueda comenzar a trabajar hoy.
Reflexiona sobre sus ideas y planes con ellos. Ayúdale a ver el aprendiz y hacedor que hay en él.
Honra su trabajo dándole su espacio y tiempo que necesite. Acércate a sus intereses profundos.
Déjalo mantener el dominio- no lo tomes tú. Déjalo ir a su propio paso y establecer su propio ritmo.
Toma la actitud de “si X no, qué entonces?” Modela el cómo tomar un descanso, dar un paso atrás, generar lluvia de ideas y mirar las alternativas.
Para niños más grandes y adolescentes, trata sus ideas con respeto mientras les comunicas restricciones realistas. Déjalos encontrar el hacedor que lo llevarán a su sueño.
Los más grandecitos y adolescentes son más propensos a desestimar sus propias ideas y empequeñecer sus propias oportunidades. Empújalos más allá de su propia negatividad y focalizarse en lo posible.
No esperes a ese brumoso futuro cuando piensen que no tendrán más dinero, tiempo ni libertad para conseguir sus sueños. Ayúdales a entender que cuanto más aprenden a trabajar con lo que pueden hacer hoy, más posibilidades tendrán de ser soñadores que hacen cosas. Cuanto más esperen para que sea más fácil, tener más dinero o conseguir quien los ayude, más posiblemente serán soñadores que no lo logren.
Tu meta es ayudar a tu hijo a ser una persona que puede articular ideas, hacer planes, llevar sus metas a escalones realizables, y ver las cosas en el camino. Cómo lo haces? Dejándolos meterse completamente en lo más profundo de sus intereses e ideas grandiosas.
Eventualmente tendrá una gran meta, hará un plan, dará con lo que necesita hacer para lograrlo, hacer un trabajo duro, cometer errores, resolver problemas y terminar. Esa es la meta en la que trabajarás. Esos son hábitos y habilidades que estás construyendo. Pero el viaje completo es de aprendizaje y descubrimiento- no solo de grandes resultados. Piérdete el viaje y perderás todo. Es el hacer lo que edificará el pensamiento y aprendizaje de tu hijo. Es el hacer lo que formará su pensamiento y hábitos de aprender y su carácter. Es el hacer lo que importa.
Apoyar las grandes ideas y grandes planes y grandes sueños de tus hijos, es como los ayudarás a convertirse en alguien capaz de conseguirlos.
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Me encanta el artículo! Mucha sgracias es muy emocionante ver que hay tantas posibilidades y proyectos para los niños 🙂 Arte, cultura, música tienen de todo!
Que genial!!! Tenes razón no tiene desperdicio 😉 Y las citas son excelentes. Muchas gracias por traducirlo!!!
Son esos artículos que tenía guardado hace mil para leerlo tranquila y hoy lo reencontré y no podía creer que haya tardado tanto en compartirlo y disfrutarlo! Es tan obvio lo que dice y a la vez es tan jorobado ponerlo en práctica en forma natural! Y es cierto que cuando te quieren “hacer ver” lo tremendo de tu sueño en cuanto a realización uno está interpretando “no vas a poder”, es terrible! Recuerdo esa sensación de chica y aunque sé que no lo hacían de mala onda dolía la verdad.
Es verdad, es todo tan cierto!!! Me voy a autocorregir cada vez que este por entorpecer algo que tendría que dejar que siga su curso 😉