La verdad que no puedo pasar por alto esta noticia que fue boom en los noticieros de esta semana sobre libros que el Gobierno mandó a una escuela de Mendoza con contenido pornográfico. Ver la galería de imágenes de dicha noticia no solo revuelve el estómago desde lo visual sino desde los textos que pueden llegar a leerse en ellos. Pero voy a dejar de lado lo anonadada que quedé con esto porque creo que cae de maduro lo que pueda pensar. Quiero referirme a los dichos de una de las voceras de la Dirección de escuelas de la provincia de la que a Dios gracias, por ella, no dieron el nombre. Según esta mujer:
son las propias instituciones las que tienen que decidir si los libros que manda la Nación son correctos para que sean estudiados por los alumnos. “Para eso hay gente capacitada y hay bibliotecarios que cumplen esa función. La DGE sólo interviene en algunos casos, como sucedió con los cuadernillos de educación sexual, pero a los colegios llegan cantidades de libros que no pasan por la supervisión de nosotros sino que es responsabilidad de la institución”.
Me cuesta creer que habiendo una Subsecretaría de Planeamiento y Evaluación de la calidad educativa, se les haya escapado tamaña liebre. La noticia parece honestamente un complot, algo que dijeron muchos y dada la gravedad del caso casi que me llevaron a pensar que podría serlo, pero la actitud siempre presente del lavarse las manos y pasarse la pelota me lleva a pensar que realmente vivimos en el país del “Ma’sí”.
Ma’si, total los chicos están acostumbrados por la tele a cosas así.
Ma’si, total nadie sabe quién se ocupa de cada cosa.
Ma’sí, total tienen bibliotecarios que controlan, los mandamos con fritas.
En el país del ma’si, en el país en el que nadie se hace cargo y se pasan la pelota, en el país donde la vida del otro me importa tres pitos, es el país cansado de pedir justicia. En el país del ma’si solo puede darse una tragedia tan terrible como la de Rosario, o la de Once, o tantas otras que no quiero ni acordarme.
Y a quien le parezca que una cosa no tiene conexión con la otra, o que puedo exagerar, déjenme decirles que no. No, porque nadie puede saber fehacientemente cuánto daño puede causar en el otro y con la sola intuición de eso debería bastar para actuar en consecuencia.
Supongamos que así como la DGE no revisó qué pomo mandaba a la escuela, los docentes confiados miraban la tapa de los libros y empezaban la repartija. Para algunos chicos hubiera sido causa de risa, picardía, asombro, escándalo; pero otros, esos que tienen una historia pesada atrás que pocas veces conocemos, a esos… ¿quiénes le quitan el dolor de lo que pudiera despertarles semejantes imágenes o texto?
Me enoja, me enoja mucho porque aunque mis hijos a Dios gracias ya no van a la escuela, los otros sí, esos con los que mis hijos se relacionan son tan importantes para mí como lo son mis propios niños. Son los que conviven con los míos, los que interactúan con ellos, los que mañana me van a gobernar también. Esto va más allá de la pornografía insólita a la que pudieron ser expuestos, tiene que ver con una decidía general por parte de las autoridades y con el caos administrativo cada vez más presente en nuestro sistema. Un sistema que se conforma con que el chico vaya al colegio y ya, porque supone que eso es la solución de cualquier problema que viva en el afuera. Lo de adentro, lo que viven o dejan de vivir, eso, no le importa a nadie.
Hola Pauli!!! muy bueno el artículo y la critica, a mi me tocó en un momento estar al frete de una pequeña escuela rural y nos regalaron desde el ministerios libros, eran cualquier cosa, no eran para escuela primaria y eran el descarta ni para la estufa servían mirá!! a lo que voy es a que de esa manera mandando las cosas sin mirar, no a consciencia a quién ayudan? quiere ayudar realmente a que nuestra sociedad sea sana o que cada vez sea más enferma? a Dios gracias que nuestros hijos están fuera del sistema, pero preocupa el hecho de que muchos más no lo están y como vos decís son el futuro de este país, no perdamos las esperanzas de que las cosas puedan mejorar.
Un fuerte abrazo.
Lorena.
No te puedo creer semejante atrocidad!!! Que de acuerdo que estoy con lo que decís. Acá a nadie le importa nada. Y dejame decirte que lo de la bibliotecaria es cuento. En el grado de mi nena, traumaron a la mitad de los chicos poniéndole la película La llorona, a una edad que no corresponde (hay que ver qué y cómo es el contenido, y sobre todo, el chico al que va dirigido, por que por ejemplo, muchas de Burton son más inofensivas que esa). Sobre el cuadernillo de educación sexual, se supone que es para los padres, pero es uno solo que abarca desde primero a séptimo grado (imaginate la diversidad de cosas y tratamientos de esas cosas que hay en el cuadernillo), por lo que hasta séptimo grado uno ese cuadernillo tiene que más o menos esconderlo de la vista de los chicos. Pudiendo haber sido un cuadernillo por etapa evolutiva para que ellos también puedan participar de su lectura. Porque sino qué hago. ¿Le digo que puede leer hasta la página 3? ¿estamos todos locos? Así solo sirve como mera guía, muy básica, para padres. nada más, y podría ser algo mucho mejor.
La escuela se torno hoy un “te digo lo que hay que hacer pero no lo hago”.
Abrazo Pau!!!
Paulita querida, te juro que quedé boquiabierta, por un lado porque al no mirar ni leer ningún medio de comunicación ( gracias a Dios), no me había enterado de ello y segundo porque no puedo creer realmente la desidia generalizada, tanto de los gobiernos como de los ciudadanos en ese ma si del que hablás tan elocuentemente, con fundamento y con razón. Pero como siempre adhiero total y completamente a tu pensamiento y recalco la necesidad que tenemos como sociedad de empezar a preocuparnos o muchísimo mejor aún, ocuparnos de nuestros semejantes, vecinos, amigos y desconocidos. Necesitamos empezar a ser una sociedad coherente, con adultos concientes y despojarnos de nuestra inanición de ideas, pensamiento y sentido crítico, para que podamos avanzar aunque más no sea 1 paso en nuestra evolución. Si no hacemos esto urgentemente… no nos quejemos luego de que todo está mal, como niños inmaduros que no toman nunca responsabilidad de lo que nos pasa.
Me quedé indignadísima, pero doy gracias a Dios, que también existen personas como vos amiga que tienen mucho más que dos dedos de frente y una tonelada de humanidad, para que el mundo cambie.
Gracias por todo lo que siempre hacés y aportás que es realmente exquisito y de contenido altamente nutritivo para el cerebro y el corazón.
Abrazos Silvana