¿Quién no recuerda de su paso por la escuela esta magnífica obra de Horacio Quiroga? Creo que cuando leía sobre los libros vivos inmediatamente me venía a la cabeza este autor. Con total certeza podría decir que es nuestro mejor exponente de lo que puede ser una literatura viva en estas pampas. Estos relatos que escribió con sus hijos en mente han trascendido edades, culturas y épocas simplemente porque están narrados con un conocimiento sorprendente del medioambiente en que se desarrolla cada historia. Desde que lo leyera por primera vez aun recuerdo cuánto me impactó cuentos como “Las medias de los Flamencos” o “El loro pelado“.
Quiroga no solo es un maestro de la literatura realista, sino que nos hace viajar a la selva, sentirla y conocerla sin necesidad de mapas, datos enciclopédicos ni nada que se le parezca. Es un autor que realmente vibra en cada palabra y con este libro no hay niño que se resista a querer saber más sobre yacarés, abejas, tortugas o los propios flamencos.
Un libro que no hay que subestimar en absoluto no solo por lo que se disfruta al leerlo sino por el conocimiento que aporta sobre la geografía en la que se desenvuelve cada relato. Es una fuente de disparadores para generar proyectos para trabajar con los chicos, desde las características de cada animal que nombran los cuentos hasta los lugares donde viven; todo esto sazonado con un vocabulario como solo Quiroga puede manejar.
A veces los libros más obvios son los que menos tenemos en cuenta pero este diría que es un “must” en la biblioteca de nuestros peques.
Imagen de Matías Trillo