Estado emocional durante el embarazo

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Cuando estaba embarazada de mi hija hace ya 12 años atrás- ¡cómo pasa el tiempo!- recuerdo que fue la mejor noticia que recibía en la vida. Las circunstancias no eran posiblemente las mejores: apenas llevaba 5 meses conviviendo con mi marido (y sólo 6 que nos conocíamos), teníamos una situación económica bastante precaria, yo tenía sobre peso y una cirugía en la columna que nunca de por sí debí sobre cargar. No obstante, físicamente me sentía genial, de hecho trabajé hasta dos días antes de parir, y digo 2 porque justo no tocaba trabajar esos dos días que me quedé en casa.

Pero emocionalmente…

Durante el embarazo, mis ansiedades no pasaban por si iba a perder o no al bebé, si era niño o niña,  si el bebé sería sano o no, o si me iban a doler o no las contracciones y la labor de parto en general. Todos miedos comúnmente enumerados por las mamás primerizas. En realidad mi ansiedad se resumía a un estado de culpabilidad mortal por traer a un mundo tan espantoso a una criaturita indefensa que yo no sabía si iba a poder cuidar de todo y cuanto le pasara; sentía que además con nosotros se iba a morir de hambre por la situación económica que teníamos.

Si a todo esto le agregamos los incontables consejos que te da medio mundo, muchas veces totalmente contradictorios, y sazonamos con comentarios que jamás habría que hacerle a una embarazada (sobre todo primeriza) y sin embargo son infaltables; se me había dado entonces por no querer- muy ignorante lo mío- informarme de nada. No leí notas para padres, no concurrí a grupos de lactancia, apenas pude ir a un par de sesiones de pre parto. Una loca total, lo sé y lo asumo, pero en aquel entonces consideraba que la propia naturaleza y la imagen que tenía de cómo mi mamá y mi hermana habían criado a sus hijos, sería suficiente. La verdad que  nunca había extrañado tanto a mi mamá como en aquellos días.

Sabido es que no todas las mujeres somos iguales, ni vivimos en las mismas condiciones, ni tenemos el mismo bagaje cultural, emocional ni familiar para que pueda definirse categóricamente qué y cómo se siente o no, una mujer durante el embarazo. Y si bien existen estudios en la materia sobre cuánto y cómo influye esto en el desarrollo del niño dentro de su vientre, realmente aun estamos en pañales para poder enunciarnos en forma contundente al respecto. Pero que el estado emocional de la mamá influye a su niño por nacer, eso no podemos negarlo.

[piopialo vcboxed=”1″]La vida emocional de la madre es la vida emocional del hijo o hija que la habita -Carballo Vargas[/piopialo]

Es diferente un embarazo de otro. Por lo general, las circunstancias y emociones de una mamá o papá primerizos son diferentes a las de aquellos que ya han atravesado la experiencia por primera vez. Esto es natural, se está viviendo por primera vez una experiencia, nueva, única. Eso de por sí genera ansiedad, miedo, dudas. La sociedad, además, con sus estereotipos y mitos varios, colabora para agrandar los fantasmas ( mujeres que gritan violentamente al dar a luz como vemos a veces en los medios, por ejemplo), los otros que quieren llenarnos de consejos porque “somos unos inexpertos”, etc. Sentirse incapaces es normal. Pero en reglas generales siempre se pone el foco en el cuidado físico de la madre- que coma bien, que descanse, que esté “tranquila”, que no haga esfuerzo, etc- y muy poco en el verdadero proceso emocional. Y siendo el hombre una parte importante también de cómo pueda hacer sentir a su pareja, es terrible que muchas veces este quede rezagado en la historia. Cuántas veces le preguntan al papá por estrenarse cómo se siente, qué le pasa? Casi nunca. De hecho, también es natural que ellos tengan síntomas como mareos o rechazos a ciertas comidas, sensación de náuseas y eso cause risa a su medio ambiente haciendo que su propia ansiedad deba esconderse.

[piopialo vcboxed=”1″]El papá primerizo es también pieza emocional fundamental en el proceso del embarazo[/piopialo]

Dice Daniel Stern, en “El Nacimiento de una Madre”,

durante el embarazo, a medida que su cuerpo se encarga de la formación física del feto, su mente se encarga de la formación de la idea de la madre en que usted se va a convertir. Al mismo tiempo empieza a construir la imagen mental de cómo cree que va a ser su bebé. De alguna manera existen tres embarazos que se van produciendo simultáneamente: el feto físico, se desarrolla en su matriz, la actitud de la maternidad, se desarrolla en su psique y el bebé imaginado que, va tomando forma en su mente”.

Pero aunque no todos hablen de ello, también en el padre se establece de una u otra forma esta triple gestación. No debemos olvidar que todo embarazo es de dos y que ciertamente también se involucra emocionalmente todo nuestro entorno. El estado emocional de cada uno influye en el niño, en su historia pasada y futura y en su desarrollo en general. Pero lejos de querer preocuparte, si estás atravesando por una gestación, quiero que tengas en cuenta lo siguiente:

Tus emociones pueden gestionarse

Si te sientes mal, con miedos, con dudas, asume que eso es normal; pero entiende que lo peor que puedes hacer es estresarte innecesariamente. Busca información, ayuda y contención, no tengas miedo de expresar lo que sientes. Aun cuando te parezca que tus miedos son irreales o que los demás pueden llegar a juzgarte, dalos a conocer, manifiestalos.

Puede pasar que a veces haya quienes se sonrían, o incluso se rían. Entiende que no lo hacen de malos que son, no todos saben cómo realmente contener al otro. Hazles saber también que en tu estado tan sensible no te sientes bien que se tomen tus sentimientos a la ligera. Busca, eso sí, el sostén de las personas que te hagan bien; no dejes que cualquiera te aporte consejos, visiones y sugerencias que podrían ser contraproducentes.

Aprende a prevenir miedos

Durante mi primer embarazo he escuchado cosas realmente insólitas. Desde anécdotas de cómo se complicaban los embarazos y la labor de parto, hasta detalladas descripciones de cesáreas y tratamientos varios. Corta en seco ese tipo de comentarios. No te harán bien aunque realmente te parezca que deberías estar al tanto. Ningún embarazo es igual al otro como ya dijimos y preocuparte por algo que quizá jamás te pase es agregar ansiedad.

Lo mismo para los típicos comentarios inocentes pero que socavan tu seguridad para el día del parto. Eres un ser que pertenece a una naturaleza inteligente y créeme que en ese momento único tu propio cuerpo sabrá qué tiene que hacer. Entonces todos los que te digan que las contracciones son lo más doloroso de la vida, que el parir es como romperse por la mitad y todas esas descripciones nada placenteras, trata de evitarlas, corta en seco a la persona y dile que si te contará algo que te meterá miedo mejor no quieres saberlo.

Puedo asegurarte que si las contracciones y el parto fueran tan terriblemente dolorosos como nos lo pintan, no habría mujer en este mundo que tuviera más de un hijo y hay muchísimas que tienen hasta una docena! Ten presente además que también tu estado emocional aumentará o disminuirá la posibilidad de sentir o no dolor. Si vas histérica al momento del parto, asustada y totalmente descontrolada vivirás el mejor momento de tu vida como el más espantoso. No te lo permitas.

Sé paciente, papá

La mayoría de los padres primerizos no saben qué hacer. Sienten miedo que algo le pase al bebé o a la mamá. No saben cómo ayudar y se ponen mal si ellas los tratan con malhumor. Si estás en la dulce espera también caben para tí los consejos anteriores. No dejes que te llenen la cabeza con que ellas se ponen “terribles” y que no tenés que “darles bola”. Te necesitan más que nunca y son ambos quienes están viviendo la experiencia. Cuénta cómo te sientes tú también y no dejes que desestimen tus emociones solo porque no llevas el bebé en tu panza. Mereces el mismo cuidado que nosotras.

Pero sé paciente, no te tomes las cosas a modo personal. Sé el sostén de mamá e intenta comprender porqué ella puede pasar tan fácil de la risa al llanto sin razón. Si llora abrázala; si se ríe, ríe con ella. Son un equipo! Involucrate para sentirte parte también. ¿ Que no puedes asistir al baby shower?, ¿ que no puedes comprarle ropita al bebé porque tú no sabes de esas cosas? Mentira! puedes y debes hacerlo!

Lo que hablen entre ustedes, lo que sientan o no, el bebé lo percibirá. Incluso deberías dejar que así como el bebé apenas sale del vientre de la madre se lo colocan en el pecho, pide luego tú que también te dejen tomarlo, abrazarlo y besarlo. Es tuyo, es tú hijo!

Juntos, todos.

No piensen que deben esperar a que el bebé salga para que puedan hablarle, acariciarlo, contarle cuentos o cantarle. Háganlo juntos desde el momento que se enteren de la buena noticia. Sean familia ya, ahora, desde el principio; porque lo son!

Infórmense.

Es elemental que puedan hacer decisiones conscientes y sabias, por eso no hagan como yo. Infórmense, pregunten todo. Si el médico que tienen es parco para responder, si no es capaz de emocionarse como ustedes ante lo que están viviendo, cámbienlo. Sí, sí, como lo leen. ¡CAMBIENLO! Una nueva vida en este mundo no debería ser un trámite más para nadie, porque el día del parto se los demostrará, serán un trámite y no respetará sus tiempos. Se los digo por experiencia. Por más recomendado que lo tengan, si su médico o partera no les hace sentir bien, a cambiarlos… tienen 9 meses para buscar alguien que realmente los haga sentir bien, cuidados,  informados y, sobre todo, respetados.

Me gustaría conocer tu experiencia si ya la has pasado, puede hacerle mucho bien a quienes nos lean!

Paula Lago

Profe de letras, librera, amante de la fotografía, la música y el arte en general. Practicante de Jin Shin Jyutsu.
Ya 11 años educando en casa. Si quieres saber más , pasate por acá

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