Un tratamiento natural para el TDAH

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El siguiente texto me pareció enriquecedor de compartir pero desde ya que no apoyo para nada la idea sugerida de seguir medicando a los niños; y creo que todo lo que dice este texto bien puede tomarse de referente para desmitificar justamente su uso!.

[su_pullquote align=”right”]”Tuve una educación terrible. Asistí a una escuela para maestros con perturbaciones emocionales”. Woody Allen[/su_pullquote]
El déficit de atención con hiperactividad es la enfermedad psiquiátrica actual más predominante en los jóvenes en América, afectando al 11 por ciento de ellos entre la edad de 4 y 17 años. La proporción tanto del diagnóstico y tratamiento se han incrementado tanto en la última década que ustedes se preguntarán si algo que afecta a tanta gente puede ser una enfermedad.
Y por una buena razón. Estudios recientes de la neurociencia muestran que la gente con TDAH está de hecho “cableada” en búsqueda de novedades- un rasgo que tuvo, hasta hace relativamente poco, una ventaja evolutiva. Comparados con el resto de nosotros, ellos tienen un cerebro débil y desnutrido de circuitos gratificantes, muchas cosas de la vida diaria se sienten rutinarias y desestimulantes.
Para compensar, son atraídos a experiencias nuevas y excitantes y se vuelven popularmente impacientes e inquietos ante la estructura reglamentada que caracteriza nuestro moderno mundo. Resumiendo, la gente con TDAH podría no tener una enfermedad, sino un conjunto de rasgos de comportamiento que no coinciden con las expectativas de nuestra cultura contemporánea.
Desde el punto de vista de los maestros, padres y el mundo entero, el problema con la gente con TDAH es que carecen de atención y tienen comportamiento impulsivo. Pero si tienes la “enfermedad”, el problema real es que, para tu cerebro, el mundo en el que vives no es para nada interesante.
Uno de mis pacientes, una joven mujer veintiañera, es prototípica. “He usado Adderall por años para ayudarme a concentrarme”, me dijo en nuestra primera cita. Antes de tomar Adderall, se hallaba por horas sentada en lecciones insoportables y perdía su concentración en minutos. Como muchas personas con TDAH, ella añoraba la excitación de experiencias variadas y también recurría al alcohol para aliviar su aburrimiento. Pero cuando algo era nuevo y estimulante, su atención se disparaba como un laser. Yo sabía que ella adoraba la pintura y le pregunté cuánto interés podía mantener en su propio arte. “Sin problemas. Puedo pintar por horas en un trazo”.
Satisfacciones como el sexo, dinero, drogas o situaciones novelescas causan una producción de dopamina en nuestro circuito cerebral de gratificación, una región enterrada muy profundamente en nuestra corteza. Aparte de generar una sensación de placer, este signo de dopamina le dice a nuestro cerebro algo como, “EY, presta atención, esta es una importante experiencia que vale la pena recordar
Cuanto más nueva e impredecible esa experiencia, mayor actividad hay en nuestro centro de gratificación. Pero lo que es estimulante en una persona puede ser aburrida- o incluso insoportablemente excitante- para otra. Hay una inmensa variedad de sensibilidad en este circuito de gratificación.
Los clínicos han sabido por mucho tiempo que esto es así, y las experiencias de toda la vida lo demuestran. Piensen en los adictos a la adrenalina que hacen Bungee jumping sin siquiera sudar y compárenlos con los espectadores ansiosos a quienes esto les evoca terror y espanto.
LaDr. Nora D. Volkow, una científica que dirige el Instituto Nacional de Abuso de drogas, ha estudiado el camino de gratificación de la dopamina en gente con TDAH. Usando un tomógrafo, ella y sus colegas compararon un número de receptores de dopamina en la región de un grupo de adultos con TDAH sin medicar con otro grupo saludable. Lo que halló es notable. Los adultos con TDAH tenían receptores D2 y D3 (dos subtipos de receptores de dopamina) significativamente menores que los adultos sanos. Aún más, cuanto más bajo era el nivel de receptores, mayor eran los síntomas de inatención. Los estudios en niños mostraron también cambios similares en la función de la dopamina.
Estos resultados sugieren que la gente con TDAH van por la vida con un circuito de gratificación que es menos sensitivo de base que el resto de nosotros. Tener un circuito de gratificación flojo hace que las actividades normalmente interesantes parezcan aburridas y podría explicarse, en parte, porqué la gente con TDAH encuentra a la rutina repetitiva como tareas poco satisfactorias e incluso dolorosamente aburridas.

Los psicoestimuladores como el Adderall o Ritalin ayudan bloqueando el transporte de dopamina a las neuronas, lo que incrementa su nivel en el cerebro.
Otro paciente mío, un hombre de 28 años, estaba teniendo muchos problemas en su trabajo de oficina en una firma de publicidad. Teniendo que permanecer sentado en su escritorio por largas horas y prestando atención en una única tarea le era casi imposible. Tenía que escuchar música y mandar SMS, mientras “trabajaba” para prevenir su actividad volverse una rutina.
Eventualmente renunció a su trabajo y se lanzó hacia una pequeña compañía que lo mantenía viajando constantemente y cambiando de ambientes. Está mucho más feliz ahora y-pequeña sorpresa- ha perdido sus síntomas de TDAH.

Mi paciente “trató” su TDAH simplemente cambiando las condiciones de su ambiente de trabajo que eran altamente rutinarias por unas impredecibles y variadas. De pronto, sus más grandes pasivos – su impaciencia, corta atención e inquietud- se convirtieron en sus activos. Y esto, creo, es el corazón de lo que está pasando con el TDAH
Consideren que los humanos evolucionaron hace millones de años como nómadas-cazadores-recolectores. No fue sino hasta que inventamos la agricultura, hace unos 10.000 años atrás, que nos asentamos y comenzamos a vivir una sedentaria-y aburrida-vida. Como cazadores, teníamos que adaptarnos a un ambiente siempre cambiante donde los peligros eran tan impredecibles como nuestro próximo sustento. . En tal contexto, con un período de atención que debía cambiar rápido e intensamente así como un gusto por la novedad habría demostrado ser muy ventajoso en localizar y asegurar recompensas – como un compañero y un buen trozo de mastodonte. En síntesis, tener un perfil de lo que ahora llamamos TDAH los habría convertido en todo un éxito de la historia paleolítica.
De hecho, hay evidencia modernas que respaldan esta hipótesis. Hay una tribu en Kenia llamada Ariaal, que tradicionalmente era de pastores nómadas. Recientemente, un subgrupo se dividió y se asentó en una locación donde practican la agricultura. Dan T. A. Eisenberg, un antropólogo de la Universidad de Washington, examinó la frecuencia de variación genética en cuanto al tipo de dopamina del receptor 4 llamado DRD4 7R en los nómades y en el grupo sedentario de Ariaals. Esta variante hace al receptor de dopamina menos responsivo que el normal y especialmente asociado al TDAH. Eisenberg descubrió que los hombres nómades tenían una variante DRD4 7R mejor nutrida que los que carecían de ella. Notablemente lo contrario pasaba con los Ariaals asentados: aquellos con variantes genéticas significativamente más disminuidas.
Asique si eres nómade, tener un gen que promueva el comportamiento tipo TDAH es claramente una ventaja venturosa (están mejor nutridos), pero de la misma manera es una desventaja si viven en un contexto asentado. No es difícil ver porqué. Los Ariaals nómades, con poco foco de atención y tendencias de búsqueda continua de lo novedoso, tendrán probablemente mejores oportunidades en un ambiente cambiante, incluido el conseguir más para comer. Pero este mismo foco de atención escaso no será útil en un contexto sedentario donde tienes que focalizarte en actividades que requieren atención continua como ir al colegio, cosechar o vender productos.
Podrías preguntarte qué explica en el creciente incremento del porcentaje de diagnósticos de TDAH y sus tratamientos a través de la medicación. La frecuencia en la vida de los niños se ha incrementado en un 11 por ciento en 2011 de 7.8 en 2003- un increíble 41 % de incremento- de acuerdo al centro de control y prevención de la enfermedad. Y un 6.1 por ciento de la gente joven estuvo tomando algún tipo de medicación en el 2011, un 28 por ciento más desde 2007. Más alarmante, se halló que más de 10.000 bebés de 2 y 3 años estaban tomando estas drogas, más allá de cualquier guía pediátrica establecida.
Parte del creciente predominio de TDAH es impulsado sin duda por la industria farmacéutica, cuyos medicamentos rentables son la base del tratamiento. Otros culpan los niveles de aburrimiento en las tareas, pero los datos dicen otra cosa. Los estudios constantemente muestran que el número de horas de estudio a nivel secundario se han mantenido inmutables en los últimos 30 años.
Pienso en otro factor social que, en parte, puede estar causando la “epidemia” del TDAH en forma simulada: el cada vez más fuerte contraste entre el ambiente escolar regimentado y exigente y el mundo digital altamente estimulante, donde los jóvenes pasan su tiempo fuera de la escuela. El mundo digital con sus juegos vívidos y la excitante vida del social media, es un mundo inmediatamente más gratificante donde todo deseo o fantasía puede ser realizado en un abrir y cerrar de ojos. En comparación, la escuela parece aún más aburrida para los niños del siglo 21 que en décadas anteriores, y el ambiente comparativamente más aburrido puede acentuar el comportamiento desatento de los estudiantes, haciendolo más evidente para los maestros quienes terminan alentando el número de diagnósticos.

Pero no todas las noticias son malas. Curiosamente, el predominio de adultos con TDAH es solo de 3 al 5 por ciento, una fracción de aquella de la gente joven. Esto sugiere un número sustancial de gente que simplemente “crece superando” esto. ¿Cómo hace?

Quizá una explicación es que los adultos tienen mucha más libertad de elegir el ambiente en el que viven y el tipo de trabajo que hace lo que encaja mejor con su estilo cognitivo y sus preferencias de gratificación. Si fueras un niño inquieto que no puede sentarse quieto en el colegio, quizás elegirías ser un carpintero o emprendedor, pero improbablemente serías un contador. Pero, ¿qué sucede a nivel cerebral que pueda explicar esta “recuperación” espontanea?

Para intentar responder a esta pregunta, Aaron T. Mattfeld, un neurocirujano del Instituto Tecnológico de Massachusetts, ahora en la Florida International University de Miami, comparó la función del cerebro con estado de reposo en tres grupos de adultos: aquellos con una niñez con TDAH persistente hasta la adultez; aquellos en los que se remitió; y un grupo de control que nunca tuvieron diagnóstico positivo. Normalmente, cuando alguien se distrae o está descansando, hay una sincronía de actividad en regiones del cerebro conocidas como el modo por defecto en red, el cual típicamente es más activo durante el descanso que durante la ejecución de una tarea. (En contraste, estas regiones del cerebro en personas con TDAH aparecen funcionalmente desconectados unos de otros) El Dr. Mattfeld encontró que en los adultos que habían tenido TDAH de niños pero no ahora de adultos tuvieron una restauración del patrón normal de esta sincronía, entonces sus cerebros lucían igual que aquellos que nunca fueron diagnosticados.

No sabemos aun si estos cerebros cambiaron precedidos o seguidos de un mejoramiento conductual, asique el mecanismo exacto de la recuperación de un adulto no es claro.

Pero en otras medidas de la sincronía cerebral, los adultos que se recuperaron lucían más como adultos con TDAH.

En personas sin TDAH, cuando la red por defecto está activa, otra red, llamada red de tarea positiva, es inhibida. Cuando el cerebro se concentra, la red de tarea positiva toma lugar y “acalla” la red por defecto. Esta relación recíproca es necesaria para concentrarse.

Ambos grupos de pacientes adultos con TDAH, incluidos aquellos que se habían recuperado, mostraron una activación simultánea de ambas redes, como si ambas regiones estuvieran fuera de paso, trabajando en forma cruzada. Así, los adultos que habían perdido sus síntomas no tenían una actividad cerebral enteramente normal.

¿Cuáles son las implicancias de esta nueva investigación para cómo pensamos acerca del tratamiento de niños con TDAH? Por supuesto, no sugiero que saquemos a nuestros niños de la escuela y llevarlos a la savana. Tampoco digo que no debamos usar medicación como Adderall o Ritalin, que son seguras y efectivas para muchos niños con TDAH.

Pero quizá podamos usar las experiencias de adultos que superaron estos síntomas para ayudar a estos niños. Primero, deberíamos hacer todo lo que podamos para ayudar a elegir a jóvenes con  TDAH sobre sus situaciones- ya sea la escuela ahora o sus profesiones luego– para que encajen mejor en su búsqueda por lo novedoso, como lo hacen adultos al seleccionar sus trabajos en los que tienen más oportunidades de tener éxito.

En las escuelas, estos curiosos, niños buscadores de experiencias les iría seguramente mejor en pequeñas clases que enfatizan el trabajo manual, respetuoso del propio ritmo, tareas con computadoras y que donde construyan habilidades específicas.

Esto no eliminará la necesidad de estos niños de tomar psicofámacos. Pero no causará el apresurarse por medicar su curiosidad, energía y búsqueda de lo nuevo, estos tratamientos no significan una discapacidad y pueden ser una ventaja.

Richard A. Friedman es professor de clínica médica y el director de psicofarmacología clínica en the Weill Cornell Medical College.

Paula Lago

Profe de letras, librera, amante de la fotografía, la música y el arte en general. Practicante de Jin Shin Jyutsu.
Ya 11 años educando en casa. Si quieres saber más , pasate por acá

4 Comments

  1. (Interrumpo mi lectura compulsiva de casi todos los posts)
    ¡Hola! Me pareció súper interesante el artículo, en particular el costado evolutivo que aborda. Además, es bastante certero en cuanto a la descripción de lo que siente un chico con TDAH en un entorno rígido.
    Por supuesto, le perdono al autor la apología farmacológica. Tal vez, de no hacerla, el NYT no se hubiera arriesgado a publicar algo que haga que las empresas farmacéuticas le salten a la yugular 😉
    (Continúo la lectura)
    Gracias por crear un blog con tanta información!!

    • Hola Cecilia!
      Supongo que sí, que debe ser casi debido que se ponga del lado de lo farmacológico. Incluso si mal no recuerdo es médico el que escribe así que no le debe quedar otra jajajaja.

  2. Y si Pauli, la conclusión final de este profesor de psicofarmacología, es nada menos que pasmosa y responde por supuesto, a la matrix en la que se ha formado académicamente.

    Independientemente del nivel de verdad que tenga toda la investigación, en cuanto a que los que son diagnosticados con TDAH tienen unos cerebros con menor cantidad de receptores dopaminérgicos, a mi esta visión me hace ruido, ya que siempre se pone la responsabilidad en un factor digamos “inmodificable”, como puede ser una constitución neuronal o incluso muchas veces se hace llamada de la genética.

    Mi punto es el siguiente: supuestamente estos factores sobre los cuales los individuos no tienen ningún poder de modificación ( excepto si son medicados, que es una conclusión aberrante), los hace inertes y carentes de poder para tener una vida cómoda. Sin embargo, muy a pesar de eso, yo creo firmemente que esos receptores dopaminérgicos pueden ser aumentados naturalmente con actividades con propósito personal, por ejemplo el arte, las tareas manuales o creativas de las que guste el sujeto que supuestamente tiene TDAH, la lectura, la curiosidad, el movimiento físico y también el empeño en algún tipo de desarrollo espiritual. Obviamente una persona que ama lo que hace y hace lo que ama, tendrá un cerebro hiper-rico en receptores y en vías neuronales altamente especializadas para esa actividad elegida que tanto placer le brinda.
    Por ello es muy beneficioso cuando se educan en casa y tienen esa libertad de elegir todo el tiempo lo que más les apetece.
    Así que definitivamente acuerdo con vos en tu aclaración del comienzo, tan necesaria por otra parte, para que se pueda leer el artículo con cierto sentido de pensamiento crítico-reflexivo.
    Muy bueno Pauli
    Cariños
    Silvana Gonella
    http://www.educandoconciencia.com.ar
    http://www.psicobiocuántica.com.ar

    • Yo voy a exponer una interpretación naif de lo que leí. Considerando a lo que este Dr se dedica y dónde está escribiendo, no le queda otra que pisar con pie de plomo. Digo esto porque aun presentando “evidencia” científica, no hace más que dar cuenta que el TDAH no existe como enfermedad, sino más bien un problema de adaptación- por llamarlo de alguna manera- de personas más allá de la realidad aburrida y pesada que supone nuestra rutina en esta sociedad. Creo que por ello deja para el final el atajarse con el “no digo que….” pero lo dijo jajaja.

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