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Esta semana finalmente mi marido pudo hacerse el espacio para poder retirar del correo esta carta documento que finalmente era del colegio donde asistían mis hijos. No soy la única que en su momento recibió una carta como esta pero les cuento lo que verdaderamente me irritó de la cuestión. Para muchos podrá ser meros detalles que no deberían importar pero para mí realmente tiene mucho que ver. Como decía mi abuela todo tiene que ver con todo.
La mandan un año después de haber desescolarizado a mis hijos, en una época del año en que aun ni siquiera ha terminado el calendario escolar. Si hubiera llegado en los primeros días de Diciembre lo podría aceptar pues supondría que están interesados en ver si se rinde, si es que promociona, etc. Pero no sólo la mandan un año después sino que además lo hacen a un domicilio que hace ya por lo menos dos años y medio que no habito y eso el colegio lo sabe perfectamente. Me consta no solo porque en su momento actualicé todos los datos de domicilio y teléfonos dos veces y hasta 3 (pues cada año te hacen completar en Marzo el formulario de datos), sino porque además cuando hicimos los trámites de desescolarización me llamaban a casa sin problemas e incluso la propia directora a mi celular que, aclaro y reafirmo, no cambió de número.
Finalmente también dejan de lado la situación escolar de mi hijo que si bien entiendo no les debe preocupar mucho porque los datos lo pide inspección de primaria, evidentemente, mi hijo en todo caso también está dentro de la “obligatoriedad escolar”.
Tuvieron la suerte (?) de que la vecina del fondo de esa casa donde vivíamos es conocida nuestra y pudo guardarnos el aviso de entrega de la carta pues sino quedaríamos como padres totalmente desinteresados por nuestros hijos o, pensando quizás un poco mal, ellos tendrían la excusa perfecta al recibir de vuelta la carta de no poder informar sobre nuestra situación pateando así la pelota directamente a los de más arriba.
Mañana llamaré al colegio para reafirmarles cuál es esa situación escolar que claramente quedó expresada y documentada en una carta presentada y firmada por directivos y ambos padres, nosotros, y en aproximadamente 3 actas de cada una de las reuniones donde se explicó claramente nuestra decisión. Decisión que evidentemente no quedó nada clara para ellos.
Pero de los chicos que reparten estampitas en los trenes o los explotan limpiando vidrios o duermen en las estaciones de subte, de ellos, ¿también se acordarán?