una patología de base neurobiológica que se expresa, o reconoce, a través de la conducta. Según estadísticas, lo “padece” aproximadamente el 5% de la población infantil y tiene principalmente tres características: inatención, impulsividad, e hiperactividad.
[su_pullquote align=”right”]”Tuve una educación terrible. Asistí a una escuela para maestros con perturbaciones emocionales”. Woody Allen[/su_pullquote]
Si bien en mi etapa de docente había leído algo sobre el tema, me dio por estudiarlo intensamente en los últimos meses por la cantidad de mamás que me escribían preocupadas porque sus hijos o hijas eran “diagnosticados” con este trastorno y, sobre todo, porque notaban que la escuela no aportaba demasiado a las soluciones, solo manifestaban quejas de todo tipo. Una de las mamás incluso me comentó que había decidido el aplicar la escuela en casa porque ya era la 7ma escuela por la que pasaba su nena bajo las mismas circunstancias y no quería ya caer en una 8va para esperar más de lo mismo.
Cuando hablamos de trastornos de este tipo es realmente difícil tomar una postura sin terminar lastimando a alguna de las partes. Me refiero a que si uno toma la postura de definirlo como una falacia puede herir a la cantidad de padres que pasan por esta situación de tener hijos con TDAH sin dudar de lo que terapeutas y pediatras digan o, innegablemente, herir a los profesionales involucrados en el tema. Sin embargo es llamativo cómo este 5% de niños que integran la estadística está creciendo día a día, cómo los propios profesionales de la psicología y psiquiatría se polarizan al respecto, cómo solo se propone un solo tipo de abordaje, el metilfenidato, y cómo un trastorno cuyas causas parecen estar basadas tanto en la genética como en lo conductual se mida mayormente en el rendimiento escolar, ámbito en el que, seamos honestos, más “molesta”.
TDAH, ¿trastorno o síntoma?
Según la fundación de neuropsicología clínica de Buenos Aires,
“Actualmente se considera que el Déficit de Atención con Hiperactividad está relacionado con una falta de balance en la producción cerebral de dos neurotransmisores: Dopamina y Noradrenalina. Estudios de metabolismo cerebral realizados sobre pacientes con este trastorno evidenciaron una menor actividad metabólica especialmente en la base de la corteza cerebral frontal, esta zona está relacionada con el control de los impulsos y la persistencia atencional.Si bien no se sabe con certeza la causa de esta falta de balance neuroquímico, existe considerable evidencia que la Herencia juega un papel preponderante”.
“Aunque nos gustaría, no disponemos, hoy por hoy, de marcadores biológicos (test genéticos, análisis bioquímicos, exploraciones neurológicas, etc.) que puedan determinar si un niño tiene o no tiene TDAH. Es cierto que si comparamos un grupo importante de niños con TDAH con otro de niños sin TDAH existen diferencias entre ellos en algunas pruebas neurológicas, pero no podemos utilizar ninguna de estas pruebas más que como información complementaria. Para que un test o prueba pueda ser utilizada como elemento único de diagnostico debería ser capaz de distinguir entre los niños con TDAH y los niños que padecen otro tipo de problema sin ningún tipo de duda. La investigación avanza pero todavía no se ha conseguido un marcador de este tipo.”
¿Una enfermedad inventada?.
- a menudo no prestaba atención suficiente a detalles e incurría en errores por descuido en tareas.
- tenía dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas.
- a menudo parecía no escuchar cuando se me hablaba directamente (un “desenchufe” que le llaman que aun hoy practico para qué mentir)
- a menudo no seguía instrucciones o finalizaba tareas escolares, encargos u obligaciones
- super desorganizada al día de hoy
- pierdo aun hoy cosas esenciales todo el tiempo, aun aquellas que hace dos minutos atrás “he visto por ahí”
- siempre me disgustó dedicarme a tareas (fuera de mi interés) que requieren un esfuerzo mental sostenido
- me distraigo todavía con estímulos irrelevantes (que me definan qué es algo “irrelevante” aquí por favor)
Jajajajja Debería preocuparme porque estaba deseando que resumas jajajajjajajajajaj Bueno, nosotras ya hablamos justamente de este tema. Es increíble todo lo que una se pone a pensar, a investigar y a cuestionar, con el simple hecho de decirse “¿así quiero que se eduque mi hij@”?.
Lo loco, es que los docentes suelen darte esos recursos que ellos no hacen. Mandan a que hagan deporte, a que hagan otra actividad después de la escuela. Madre mía si le dejarán tiempooo!!! Están allí 8 horas!!! Parezco un loro repitiendo lo mismo, pero es que realmente me supera tanto tiempo. Y encima dicen que no prestan atención, que esto y que lo otro. Cuando te descuidas, “descubrís” que lo mismo le pasa casi a la mitad del grado. Y según la “situación” de cada familia, cambian el discurso: o necesitas estar menos con tu hijo, o puede que justamente necesites estar mucho más. O tenes que mandarlo a hacer actividades extra o tienes que sacarlo de tanta actividad. Entonces… mi pregunta es… la causa no sería la misma… si no es la misma, el “trastorno” tampoco lo sería. No sé si se entiende el punto. Ahora jamás pensaron ¿qué se puede hacer desde el aula para que estos chicos presten atención???. Yo por ejemplo, lo he pensado desde mi lugar de madre. Porque si bien no tenía atención en la escuela, en mi casa, (a veces!!!) tampoco. Y encontré la forma que este más atenta. Solo necesité cambiar yo 😀 me estaba acercando mal, estaba pidiendo mal, estaba haciendo mal definitivamente!
Y lo mejor de todo es que yo también ahora la paso mejor. Estamos tan metidos en un mundo hiper activo, todo tiene que ser ya, ahora, ayer, y cuánto más mejor, que después nos resulta imposible frenar, pensar, PRESTAR ATENCIÓN! Y los chicos no son diferentes a nosotros.
Como siempre, vengo y hago catarsis, leo cada vez más blog de educadores en casa, hago muchas más actividades extra escolares con mi hija. Es más, las mismas del colegio, las hacemos diferentes. Los que venimos mal somos los adultos y pretendemos que ellos tengan el mismo grado de “enfermedad” que tenemos nosotros como sociedad. Y no. A ellos antes les agarra urticaria de ver como nos manejamos, o deficit de atención 😉
Hola Paula!!! muy bueno el artículo, pero muy bueno.
El tema es muy interesante, el video lo ví y esta muy bueno para divulgarlo a medio mundo, dado que este tema esta e de “moda” como el ser hiperactivo, otro tema para tratar, me encanta lo que abordes y lo difundas para que todos abramos los ojos y no nos dejemos “etiquetar” tan fácilmente, y mucho menos a nuestros hijos.
Espero ansiosamente más sobre el tema o temas de igual tenor.
Te seguimos amiga.
Un abrazo.
Lorena.
Gracias Lore!, más investigo sobre el tema y más me angustio porque no puedo creer la cantidad de barbaridades que tienen que pasar algunas familias cuyos hijos son diagnosticados con esto.
Guauuuu!!!!!!!, muy pero muy elocuente Paulita, realmente me encanta cómo has sabido llegar al punto, y yo diría que este artículo comienza y termina como “DEBIERA REALMENTE SER” una genuina investigación científica. El primer paso es hacerse preguntas con lógica y buscar las respuestas desde el mismo lugar!!! Tengo que decirte que SOS UNA CIENTÍFICA DE LA HOSTIA EN CIERNES, y apoyo como psicóloga absolutamente todo el planteamiento y su desarrollo con un cierre redondito. Me encanta leerte, charlar von vos y que seas mi amiga!!!!. Espero con ansiedad los artículos siguientes, que estoy más que segura que Se las traen GORDAS!!!!!, JAJAJAJA.
abrazos y felicitaciones
Silvana
Sil! qué bueno que te haya gustado. Al final hay tanto por decir con este tema que era invevitable que lo terminara dividiendo en entregas! todo lo demás sobra, vos porque me querés jajajaja