Salidas didácticas: Reserva ecológica de Vicente Lopez

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Como les había contado la última vez esto de las salidas didácticas no siempre tienen que ver con museos y exposiciones, tampoco con algo puntualmente relacionado con algo que estemos viendo o aprendiendo; simplemente se trata de hacer actividades fuera del ámbito de la casa que nos ayuden también a contactarnos no solo con otro paisaje sino además aprender que al cambiar de paisaje también se requiere cambiar de hábitos, algo que parece resistírseme. Es que como me había quedado con las ganas de conocer la reserva ecológica aquella vez que nos conocimos con la familia Kerr, pues ayer se nos ocurrió aprovechar el día soleado para una tarde en el río y de paso conocer esta reserva. Otra vez nos fuimos así, como si nada, cerca del mediodía y nada de protector solar (lo que me costó el resto del día y la madrugada de hoy con una descompostura padre), sin OFF para los mosquitos, sin gorrita y… ¡oh pecado!, sin equipo de mate o, peor ya que hacía más de 30 grados, bebida fría. Unos improvisados totales que a Dios gracias provocó que solo yo lo pagara después y no alguno de los niños.

La Reserva Ecológica de Vicente López se encuentra en la calle Paraná y el río, en el limite con el partido de San Isidro. A la altura de Libertador aL 4000, se llega a la calle Paraná y de ahi se baja hacia el río, se accede al parque público y por este a la reserva. Está abierta todos los dias de 9.00 a 17.00 hs en otoño-invierno y de 9.00 a 18.00 hs en primavera-verano. Es un paseo cortito pero encantador según podrán ver en las fotos y la verdad que, salvo T. que cada vez me demuestra que es demasiado citadino para estas cosas, todos lo disfrutamos mucho.

La laguna interior es realmente sorprendente y en el corazón de la reserva hay una pequeña edificación en madera en la que hay un vivero. Un poco más allá de ella, por el mismo sendero, llegamos a un mirador muy bonito que da a esta laguna.
Luego de recorrerla, lo cual no nos tomó demasiado, mi marido llevó a los niños a la orilla del agua para jugar a tirar piedritas. Debo admitir que la idea no me gustó del todo por la contaminación de estas aguas, pero bueno, no han sufrido por momento mutación alguna LOL.

Y por último antes de la retirada final, un ratito en los juegos del recreo, papá incluído. Una linda salida para entrar en contacto con la naturaleza y hacer un paseo diferente.

Paula Lago

Profe de letras, librera, amante de la fotografía, la música y el arte en general. Practicante de Jin Shin Jyutsu.
Ya 11 años educando en casa. Si quieres saber más , pasate por acá

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