Una de las cosas que más preocupan a los demás con respecto a la educación en el hogar es el tema de la socialización. Pareciera que la única manera de poder socializar para los más peques es con gente de su edad. No niego la importancia de poder contactar y relacionarse con los pares, con quienes comparten intereses y códigos en común. Sin embargo, la escuela no es la única manera de lograrlo; y para qué mentirnos, no siempre en ella se da de la mejor manera. Las clases de patín para R. en este sentido van cada vez mejor no solo por lo que va logrando con la propia habilidad y manejo del equilibrio (ya se anima con algunas figuras) sino que además va haciendo amistades con las otras chicas además de P. que fue quien la invitó a las clases.
Por su parte T. aprovecha que ahora las clases son dentro del gimnasio para apoderarse de colchonetas a gusto y construir sus “castillos y fortalezas” mientras además, claro, se mete en cuanto recoveco encuentra para hacer sus “espionajes”. Si bien aquí no hay niños de su edad, hay que ver lo bien que lo pasa.
Además el fin de semana pasado tuvimos justamente la comunión de P., y no podíamos faltar después de lo mucho que nos encariñamos con ella y lo buena amiga que terminó resultando para R. Aquí T. socializó a mares con chicos prácticamente de su edad, asique ya ven que niños hay en todas partes para que puedan disfrutar.
La semana pasada hicimos unos cuantos trabajos manuales. R. es una artista en potencia y le fascina todo lo que tenga que ver con plástica y manualidades, asique luego de buscar algunos tutoriales en internet eligió hacer este hermoso pulpo y unos sellitos con goma eva y tapitas de gaseosa. Luego, tocaron bastantes matemáticas (otra cosa que le encanta), algunas lecturas y un poco de gramática y expresión para R. y algunos ejercicios de pre-grafimanía para T.
Mientras, R. está en plena lectura de Un incendio desastrozo de Margarita Mainé, libro que le habían encargado en el cole este año y que P., que lo había leído el año anterior, le prestó.
Otra de las cosas que mi pidió R. además de inglés, fue aprender italiano, idioma que yo cursé dos años en un instituto en el que trabajaba. Me pareció genial que se muestre interesada en aprender otro idioma más, sobre todo uno tan divertido como es el italiano. Y si bien yo no tengo un nivel extraordinario al menos juntas terminamos aprendiendo.
También quiero aprender italianooo!!!
Hermoso el pulpo y los sellos, y super el castillo con colchonetas(no se me hubiera ocurrido).
Han tenido una semana de lo más variada y entretenida, genial!!! Seguí contando que me encanta 😀
Te digo que el castillo de colchonetas me tienta cada vez que vamos jajajajaja