Foto recogida de almostunschoolers |
Hay un juego que muchas veces suele hacerse en los talleres literarios para salir un poco de lo conocido. El juego del “qué tal si…” o, como se lo conoce en inglés, “what if game“. En este juego la idea es hacerse con una realidad alternativa e imaginar los resultados. Por ejemplo, ¿qué tal si de pronto todos fuéramos saludables, tanto que terminásemos siendo inmortales?, o ¿que tal si en vez de vivir de día y dormir de noche lo hiciéramos al revés, que fuera la Luna nuestra mayor fuente de energía?. En fin, que de pronto se me dio por pensar varias veces (incluso antes de esto del homeschooling) en ¿qué tal si de pronto todos nos dedicáramos a los que nos gusta?, ¿que nuestro trabajo estuviera directamente relacionado con lo que más nos gusta hacer y que no se pudiera uno dedicar a otra cosa sino a eso para lo que ha nacido?
Pues creo que de seguro tendríamos gente más feliz, o al menos más relajada, que se sentiría probablemente mejor realizada. ¿Mirá si de pronto la empleada municipal estuviera encantada de informarnos cómo llenar un formulario, si el médico se desviviera entusiastamente por explicarnos qué tenemos o qué no en vez de usar (creo que casi a veces a propósito) tecnicismos incomprensibles o si los “jóvenes call centers”, como suelo llamarlos, amarían estar frente a una PC con los headset puestos 5 o 6 horas al día solo para responder el teléfono o realizar llamadas!
Lo lamentable del caso es que como el mundo no es así, el ser humano es tan pero tan inteligente a veces que ha creado un sistema por el cual nos vemos en la necesidad de “formar” para, en vez de ser felices, ser “responsables”. Nos amoldamos a lo establecido porque así debe ser y como también está establecido que si ya se tiene el sistema armado para que variarlo, vivimos todos siguiendo una gran franquicia en la que jamás pero JAMAS podremos encontrar la felicidad.
No me voy a ejemplos lejanos ni numerosos porque con el mío o el de algunos amigos y miembros de mi familia me basta. Tengo 41 años recién cumplidos y en mi época tenías que elegir alguna carrera de grado. Seguir algo artístico era morirte de hambre, algo que ya venía de centurias desde que mi padre, amante de la literatura, pasó casi 50 años trabajando en un banco para mantener a su familia de 4 hijos y comenzando la vida recién a los 65 años cuando se jubiló. Mi padre esperó todo ese tiempo para realmente dedicarse a lo que le gustaba. Quizá como escritor nos habría matado de hambre, pero ¿ quién lo aseguraría? ¿qué fórmula cinentífica, si cabe, podría asegurarme que hubieramos vivido con carencias y en la pobreza y no como vive hoy J.K Rowling?
Mi hermana, quien me lleva unos 18 años más, la llevó peor porque ella agarró la época donde la mujer comenzaba a dejar la idea de ser solo ama de casa para poder ser una profesional, asique estaba un poco en medio sin saber qué hacer, hasta que finalmente se decidió por casarse y formar una familia, algo que la sociedad le terminó reclamando porque “vamos, qué dejada, no haber aunque sea estudiado algo más…”. Ya quisiera yo poder estar en la misma situación ya que en mi caso fue al revés, ya la mujer tenía que ser profesional primero, vivir la vida loca y terminar quizá teniendo una familia después de los 30. Mi generación contiene unas cuantas mujeres que han sido madres luego de los 30, al revés que ahora que cada vez son más niñas las que son madres. Pero eso no viene a cuento exactamente, solo quería hacer notar cómo la vida fluctúa y que no somos “horangeles” como para saber qué pasará mañana y actuar por ende hoy en consecuencia.
En fin, el hecho es que cuando ando en divagaciones varias siempre surge algún post que me impulsa con alguna resolución o que me agrega porotos, como decimos por acá, para poder tomar algunas otras decisiones de una bendita vez. Esta vez le tocó al blog de Marván, que hablando de los TOP 10 del 2012 justamente me viene a rescatar un artículo sobre certificaciones.
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T. jugando con tubos en Easy, su Disney personal |
Marvan apunta muy bien algunas consideraciones básicas como el hecho de que realmente un certificado no te avala como un gran profesional ni la falta de uno como un desastre. Como ejemplo vuelvo a mi padre quien su formación autodidacta y su estudio personal de ciertas temáticas que le atraían lo hicieron el mejor en muchos temas de filosofía, sobre todo de “pensamiento argentino” y hete aquí que llegó a dar clases a nivel superior tanto en el seminario de San Isidro como en la Universidad Católica Argentina, hasta que- era cuestión de tiempo- los que sí tenían certificado se debieron de quejar que cómo alguien SIN uno estuviera quitándoles un puesto de trabajo… y ahí lo invitaron a “rever” su situación “no certificada” o a “prescindir” del dar clases. Mi padre, optó mejor por lo segundo, ocupando su tiempo en escribir y seguir formándose por su cuenta.
Ahora yo pienso, visto y considerando las pasiones que sienten mis hijos, una por lo artístico y todo lo relacionado a manualidades y el otro por todo lo que tenga que ver con armar y desarmar así como lo concerniente a computadoras – reconozco que es un mini nerd en potencia– ¿cómo hubieran pasado sus días en la escuela si no los sacaba de ella? En las escuelas no hay orientaciones artísticas hechas y derechas para la primaria (pocas también para la secundaria), no hay tampoco en ese tramo de la formación formal (valga la redundancia) escuelas técnicas o informáticas.
¿Por qué debieran mis hijos privarse de estudiar mucho más pintura, manualidades, armado y desarmado de maquinarias y otras cosas acordes en pos de materias centrales como geografía, lengua o mate? Y que se me entienda, no digo que no haya que aprender lecto escritura, ni matemática ni historia; simplemente una persona que aprende desde lo que le interesa y disfruta es mucho más factible de aprender todo lo necesario por añadidura que los que van al cole durante 16 años de tu vida y terminan por “saber” un poco de todo pero mucho de nada.
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T., como mamá, saca fotos hasta de las baldosas |
¿Acaso T. con la pasión que siente (como la madre jeje) por la fotografía, el día de mañana si fuera reportero de turismo no aprendería más de geografía que memorizando de los libros y mapas?, ¿acaso si mi hija llega a ser una apasionada artesana o artista y termina administrando sus propios talleres o trabajos no sabría mejor de contabilidad o matemáticas que todo lo que viera en el cole? ¿o no sabría más de física si fuera escultora que los problemas irracionales que a veces nos dan en la escuela?
Y siendo ellos inclinados a esto, el tipo de salida laboral que tendrán ¿harán que realmente necesiten irremediablemente alguna certificación de estudios? Yo creo que no y es por eso que me planteo que en realidad allá tienen la ley para apañar que al menos por ahora, y que las cosas no cambien para mejor o para peor, pueden rendir todo lo que necesiten a partir de los 14 años primaria y de los 16 secundaria.
¿Para qué sacarlos del colegio si después tengo que seguir un currículo oficial para que a fin de año, con todo el estrés que eso supone (o no que depende de cada niño) tenga que rendir un examen que apenas va a medirle los conocimientos conceptuales que tengan? ¿Para qué imponerles temas que quizá no les interesan?
Y por ello, acá estamos, leyendo ahora mucho más sobre unschooling que homeschooling para que a fin de cuentas, en un futuro mis hijos puedan al menos tener la opción de dedicarse plenamente a lo que los hace felices y no quedar dentro de lo que ya Ivan Illich describiera como:
Y siendo ellos inclinados a esto, el tipo de salida laboral que tendrán ¿harán que realmente necesiten irremediablemente alguna certificación de estudios? Yo creo que no y es por eso que me planteo que en realidad allá tienen la ley para apañar que al menos por ahora, y que las cosas no cambien para mejor o para peor, pueden rendir todo lo que necesiten a partir de los 14 años primaria y de los 16 secundaria.
¿Para qué sacarlos del colegio si después tengo que seguir un currículo oficial para que a fin de año, con todo el estrés que eso supone (o no que depende de cada niño) tenga que rendir un examen que apenas va a medirle los conocimientos conceptuales que tengan? ¿Para qué imponerles temas que quizá no les interesan?
Y por ello, acá estamos, leyendo ahora mucho más sobre unschooling que homeschooling para que a fin de cuentas, en un futuro mis hijos puedan al menos tener la opción de dedicarse plenamente a lo que los hace felices y no quedar dentro de lo que ya Ivan Illich describiera como:
La escuela es la agencia de publicidad que nos hace creer que necesitas la sociedad tal cual como es”
Ey, gracias por mencionarme. Me alegro de que te sirva de inspiracion. Sigue siendo un tema que no tengo nada claro ;), bueno; yo lo tengo claro, pero la sociedad en la que vivo hace que no lo pueda tener claro jejeje.
Si los niños son pequeños olvidate de curriculums y titulos, si se hacen mayores, ellos mismos lo pediran (como ha sido nuestro caso)
Y tambien me ha gustado lo del “what if”, es un ejercicio muy bueno para el pensamiento creativo o el “out of the box thinking”. Seguro que lo haremos.
Pues acá pasa igual, el tema es la sociedad que parece que si no tienes una certificación eres un ignorante. Y en los trabajos cada vez se ponen más densos con el pedir secundario completo, al menos los trabajos con relación de dependencia. Pero tienes razón que ahora podría olvidarme de los titulos y si quieren ellos de grandes pueden perfectamente conseguirlos rindiendo los exámenes correspondientes. De hecho parece que aquí es siempre más fácil terminar de adulto la escuela que de pequeño!
Pola simplemente genial!! me encantaron tus reflexiones y conclusiones!!! cuanta razón!!! por lo visto es el tema de la semana, pues es el mismo planteo que me hago yo y por el camino creo que tomaremos…
Admiro su forma de escribir y la rapidez ajjaja
Besos.
Lore, justamente si lo habremos hablado ya vía mail!!! Yo juro que estuve pensandolo hace bastante, casi desde que los saqué del cole; pero como todo la mente uno todavía la tiene como “amoldada” y cuesta tomar ciertas decisiones. Aun me falta hablarlo bien con mi marido porque el pobre está meta cubrir compañeros ahora que hay vacaciones y por eso está que trabaja casi 15 hs por día pero tampoco quiero tomar una resolución yo sola aunque sepa que seguro me apoya por cómo pensamos ambos.
Para mi viene siendo la verdadera forma de educar en casa y respetar la individualidad, tiempos e intereses de nuestros hijos.
Ya sabes, yo te banco en lo que decidas, sobre todo, porque a educar a nuestros hijos, se aprende educando. Reviendo, sopesando, y sobre todo, analizando qué es mejor para ellos.
Vamos con esa rama artística de R. que no haga como yo que estudié comercial “porque iba a conseguir mas trabajo” y ahora no sé más que el debe y haber básico, y sin embargo sobre arte aprendi a los ponchazos como pude, de pura pasión nomás. 😉
Un Abrazo!!!
Tal cual Dialo! a mi me pasó igual! al final agarré bachiller porque no quería saber nada con “comercial” (únicas dos opciones que hay incluso hoy día, aunque con otros nombres) y no creo que hubiera sido diferente del comercial porque la verdad es que si te ponés a ver, no varía demasiado ni en carga horaria ni en tipos de materia o metodologías. No es que en “comercial” hacés pasantías en empresas y en “Bachiller” te forman con pensamiento humanista o científico, naaaa son puras etiquetas y en medio, lo artístico como es pa’ gag*arse de hambre entonces no tenés opciones reales.
Muy bonita reflexión. Me ha gustado mucho lo del juego del “what if”. Tomo nota.
hasta pronto.
Gracias! un placer tenerte por acá! Siempre tu sitio fue extrema referencia para mí, pero ahora mucho más! Hoy mismo estuve leyéndote mucho asique ya padecerás mis comentarios más seguido jajaja. Un abrazote